AGUSTÍ ARIÑO SOLDEVILA

sábado, 07 de diciembre 2024

CATEGORÍA: Biografías

Hijo de Ramón y Mercedes, de «Casa Ricard», nació en Lladorre (Lleida), comarca del Pallars Sobirà, cerca de Sort, el 5 de septiembre de 1915.

Desde que abandonó el colegio a los 14 años, se dedicó a la agricultura y primordialmente a la ganadería de la que era considerado un buen experto.

A mitad de 1937, hastiado de aquel ambiente marxista, y ante el peligro de verse movilizado para incorporarse al ejército rojo con el que no quería el más mínimo trato, pasó a pie la frontera francesa marchando a enrolarse en las filas de la España Nacional, para participar en la Cruzada.

Ingresó en el Tercio de Montserrat el 21 de diciembre de 1937, siendo destinado al Cuerpo de tren en la Plana Mayor.

Participó en las vicisitudes de los requetés catalanes por tierras de Guadalajara y Extremadura.

Ariño, guiando a su mulo, cargado con cajas de munición o cacharros de cocina, era uno de los requetés más populares y simpáticos.

En Huertahernando principalmente era el brazo derecho del veterano sargento Codina –glorioso superviviente de Codo, donde murió un hermano– Jefe del Tren regimental de la Unidad.

Ariño era una especie de «mayoral» o encargado general de los mulos; algunos de los cuales eran de muy mala catadura. Había uno principalmente, escarmentado sin duda por algún «aprendiz», que no se dejaba poner el baste de ninguna manera. Aquello era un auténtico «asno cocero».

Ariño, que tenía una buena dosis de carácter socarrón, llegó a domesticarlo; pero el animal solo se dejaba tratar por el requeté de Lladorre; de aquí que cuando veía al mulo repartir coces a troche y moche decía a sus circundantes –cuando no estaba el sargento Codina, al que por cierto guardaba una gran veneración y respeto–: «Ya lo dicen, y tienen razón, del sargento y del mulo cuando más lejos más seguro».

Después de la primera fase de la «Batalla del Ebro» donde actuó incansable en las operaciones de Vilalba dels Arcs, tuvo que ser evacuado por enfermo al hospital de Miranda de Ebro, siendo dado de alta el 14 de septiembre.

Después de un breve permiso que disfrutó en Zaragoza volvió a incorporarse al Tercio de Montserrat, muriendo al poco tiempo –el 4 de noviembre de 1938– en las inmediaciones de Gandesa, destrozado por un proyectil de artillería.

El mismo trágico proyectil que ocasionó la muerte de sus compañeros: Abel, Arisó, Ciutat y Vila Benet.

[Publicado en Nonell Brú, Salvador, Así eran nuestros muertos, Casulleras (Barcelona 1965)]